La Cena, Dr. Efraín Regalado Sánchez.
Alfonso Reyes, 1889-1959. Escritor, traductor, jurista, filósofo, académico y diplomático. Presidente de El Colegio de México entre 1940 y 1958. Uno de los fundadores del «Ateneo de la juventud», y miembro fundador de «El colegio nacional». Recibió numerosos reconocimientos. Sus obras completas están reunidas en 26 volúmenes. «La cena» es un relato fantástico de 1912 que se incluyó en el libro El plano oblicuo, publicado en 1920, en Madrid, exquisito libro de la literatura mexicana. En este cuento, el sueño y la realidad, así como las dimensiones temporales y espaciales, se confunden en una experiencia irracional, mágica. Para algunos críticos, este cuento es paradigmático (ejemplo, modelo) en la reflexión sobre el surrealismo y el realismo mágico latinoamericano. Ejemplifica magistralmente la innovación de Alfonso Reyes a partir de su capacidad de síntesis por la imaginación y el intelecto, sus lecturas y su vida. En su Historia documental de mis libros, aclara: La cena, es una combinación de recuerdos personales, anodinos (insignificantes) en apariencia, pero que me dejaron un raro sabor de irrealidad. Cuento fundacional para la literatura fantástica en México en el que Alfonso Reyes, el mejor prosista de la lengua española en palabras de Borges o en las de Octavio Paz, quien al enseñarnos a escribir nos enseñó a pensar. El Centro Virtual Cervantes comenta que lo primero que llama la atención es lo apretado de la trama de una extraña aventura personal que va transcurriendo entre realidad y fantasía y nos mantiene en suspenso desde el primer instante de la narración hasta el enigmático desenlace en que nada sobra. La acción se inicia con el narrador (llamado Alfonso) en pleno movimiento: «tuve que correr a través de calles desconocidas. El término de mi marcha parecía correr delante de mis pasos, y la hora de la cita palpitaba ya en los relojes públicos». Es que ha recibido una misteriosa invitación de dos señoras desconocidas, que reza simplemente: «Doña Magdalena y su hija Amalia esperan a cenar mañana, a las nueve de la noche.». «Yo corría azuzado por un sentimiento supersticioso de la hora. Si las nueve campanadas, me dije, me sorprenden sin tener las manos sobre la aldaba de la puerta, algo funesto acontecerá. Al sonar las nueve, se encuentra a la puerta de la casa señalada, donde lo reciben las dos damas en su salón, empiezan a charlar, y lo llevan al comedor a cenar». Alfonso Reyes: «Escribo: eso es todo. Escribo conforme voy viviendo. Escribo como parte de mi economía natural. Después, las cuartillas se clasifican en libros, imponiendoles un orden objetivo, impersonal, artístico, o sea artificial. Pero el trabajo mana de mí en un flujo diferenciado y contínuo». Dr. Efraín Regalado Sánchez.