«Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio, que es bueno para mi salud. Pero nunca he oído a nadie decir a un deportista: tienes que leer». Dr. Efraín Regalado Sánchez

«Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio, que es bueno para mi salud. Pero nunca he oído a nadie decir a un deportista: tienes que leer».
José de Souza Saramago falleció el 10 de junio de 2010, hace 15 años, a los 87 años. Fue el primer escritor portugues en recibir el Premio Nobel de Literatura en 1998, Su primera novela, 1917, «La vida», fue publicada por primera vez en español en 2021.  El Comité Nobel destacó su capacidad para «con parábolas sostenidas por la imaginación, la composición, y la ironía, permitirnos aprehender una realidad fugidia (huidiza)». Alabarde, 2014, fue la novela que Saramago trabajaba al morir. Solo alcanzó a completar tres capítulos; fue una publicación póstuma. Su discurso en el Banquete Nobel, el 10 de diciembre de 1998: Majestades, Alteza Real, Damas y Caballeros: La Declaración Universal de los Derechos Humanos se firmó hace exactamente 50 años. No faltan conmemoraciones ceremoniales. La atención se desvanece, ¿sabe? Cuando surgen asuntos serios, el interés público empieza a disminuir, incluso al día siguiente. No tengo nada en contra de estos actos conmemorativos. Yo mismo he contribuido a ellos, a mi modesta manera, y si no está fuera de lugar, ni es oportuno, ni desacertado, permítanme añadir algo más. En este medio siglo, es evidente que los gobiernos no han hecho moralmente por los derechos humanos todo lo que deberían. Las injusticias se multiplican, las desigualdades se agravan, la ignorancia crece, la miseria se expande. Esta misma humanidad esquizofrénica, capaz de enviar instrumentos a un planeta para estudiar la composición de sus rocas, puede constatar con indiferencia la muerte de millones de personas por hambre. Ir a Marte parece más fácil que ir al vecino. Nadie cumple con sus deberes. Los gobiernos no lo hacen, porque desconocen, no pueden, no quieren o porque no se lo permiten quienes gobiernan el mundo: las multinacionales o pluri continentales, cuyo poder.-absolutamente antidemocrático- reduce a la nada lo que queda del ideal de la democracia. Los ciudadanos tampoco cumplimos con nuestros deberes. Pensemos que ningún derecho humano existirá sin la simetría de los deberes que les corresponden. No es de esperar que los gobiernos de los próximos 50 años lo hagan. Por lo tanto, alcemos la voz. Con la misma vehemencia con la que exigimos nuestros derechos, exijamos responsabilidad sobre nuestros deberes. Quizás el mundo mejore un poco» José Saramago mantuvo una permanente postura crítica frente a los gobiernos de todo el mundo, a la vez que se comprometió con las causas más justas a favor de las minorías o de los más pobres. Considerado un demócrata, en una entrevista comentó: «Si alguna vez existiera la hipótesis de una revolución democrática, para mí ésta corresponderá al uso del voto en blanco. En las últimas elecciones europeas en algunos países se llegó al 50% de abstenciones, pero eso no genera tanto fastidio cuando la mitad de votos que se reciben son en blanco»

José Saramago: «Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio, que es bueno para mi salud. Pero nunca he oído a nadie decir a un deportista: tienes que leer».
Dr. Efraín Regalado Sánchez
Saludos.