“NUESTROS MUERTOS”, CARLOS BRAVO M

  1. CARLOS BRAVO M. 31-10-2024

“NUESTROS MUERTOS”

Como cada año, desde el pasado lunes 28, se ha iniciado la conmemoración de los muertos, principalmente en nuestros estados del sureste donde la tradición está más arraigada, ya que para el norte poco celebran los días de muertos y prefieren las festividades paganas anglosajonas llamadas Halloween que representa una reunión de brujas y es motivo de que niños y adultos se disfracen con atuendos de espantos o monstruos y algunos muy ridículos con los que los niños van de casa en  casa pidiendo dulces y los adultos aprovechan para hacer un fiestón, lo que no tiene nada que ver con nuestra tradición de los días de muertos, misma que se origina en los pueblos precolombinos, cuando diversas culturas dedicaban diversas actividades místicas para recibir a las almas de los que habían partido antes y compartir con ellos las ofrendas.

A la llegada de los ibéricos, -ahora españoles- se sincretizan las culturas europeas e indígenas, y los evangelizadores, a fin de lograr la conversión de los naturales, tanto mexicas, tlaxcaltecas, totonacos y demás culturas, mezclan sus rituales con los rituales clericales, originándose el festejo con visos religiosos mezclados con rituales indígenas, entre ellos la colocación de los altares con ofrendas diversas colocadas originalmente en una estantería de 9 escalones, que representan los nueve niveles por los que debían pasar el espíritu de los muertos para llegar al Mitlan.

El adorno de dicho altar se hacía con flores diversas al igual que hoy, donde predomina el aromático y vistoso cempasúchil y las flores rojas o moco de guajolote, además del papel picado que sirve de mantelería y de adornos cerca del arco del altar.

Las ofrendas se colocan con un ritmo y orden peculiar al tiempo que se dedican para almas específicas, así en 28 se esperan a las ánimas de las mascotas y se prende una vela, el 29 se prende otra vela y se coloca un vaso de agua para las ánimas desamparadas y olvidadas, el 30 se pone la vela, el agua, una flor blanca y un pan blanco para los que se fueron sin comer o se accidentaron, el 31 se prende la vela, se coloca el agua, se pone pan y fruta para nuestros ancestros, el primero de noviembre, día de Todos los Santos, se espera la llegada de los que fallecieron siendo niños, por lo que se agregan dulces y frutas y por la noche se coloca la comida y las bebidas para esperar a las animas de las personas cercanas a la familia. Para el día 3, se levanta el altar y se despiden a las amas que visitaron el hogar y que regresarán el siguiente año. Tradición que vive desde épocas de la colonia y que perdura junto a las tradicionales catrinas, como bautizara Diego Rivera a las calacas garbanceras de José Guadalupe Posada.

Hermosa tradición que se acompaña de tamales, chocolate y pan de muerto, el cual también tiene su significado en su forma y elaboración.