La Paciencia, Dr. Efraín Regalado Sanchez
La paciencia es una de las mayores virtudes que puede poseer el ser humano, esta nos ayuda a poder discernir con mayor claridad lo que está bien o lo que está mal. Con ella podemos tomar mejores decisiones que después nos aportarán un mayor provecho personal ya sea a nivel económico o moral. Rousseau dijo que la paciencia es amarga, pero su fruto es dulce. Esta historia budista lo cuenta: Buda y sus alumnos decidieron emprender un viaje durante el que atravesarian diversos territorios y ciudades. Un día en que el sol brillaba con todo su esplendor, divisaron a lo lejos un lago y se detuvieron por la sed. Al llegar, Buda se dirigió a su discípulo más joven e impaciente: Tengo sed. ¿Puedes traerme un poco de agua de ese lago?. El discípulo fue hasta el lago, pero cuando llegó observó que un carro de bueyes comenzaba a atravesarlo y el agua, poco a poco se volvía turbia. Tras esta situación, el discípulo pensó, «No puedo llevarle al maestro esta agua fangosa para beber». Por lo que regresó y le dijo a Buda: el agua está muy fangosa. No creo que podamos beberla. Pasado un tiempo Buda le pidió a su discípulo la misma solicitud. El discípulo así lo hizo y sin embargo el agua seguía sucia y con tono concluyente informó a Buda y le dijo, además, que será mejor que caminemos hasta el pueblo para que sus habitantes nos den de beber. Buda permaneció allí. Al cabo de un tiempo le pidió al mismo discípulo que regresara el lago y le trajera agua. Fue hasta el lago; eso sí, tenía una actitud furiosa, ya no comprendía porque tenía que volver, si el agua estaba fangosa y no se podía beber. Al llegar observó que el agua tenía buen aspecto y se veía cristalina. Así que cogió un poco y se la llevó a Buda. Este miró el agua y le dijo al discípulo: ¿Que has hecho para limpiar el agua?. Buda lo miró y explicó: Esperas y lo dejas ser. De esta manera, el barro se asienta por sí solo y tienes agua limpia. ¡Tu mente también es así! Cuando se perturba, solo tienes que dejarla ser. Dale un poco de tiempo. No seas impaciente. Todo lo contrario, se paciente. Encontrará el equilibrio por sí misma. No tienes que hacer ningún esfuerzo para calmarla. Todo pasará si no te aferras. La paciencia es el arte para silenciar la mente. Buda nació en el noreste del subcontinente indio hacia el siglo V a.C. Vio la luz en un clan guerrero llamado Sakya, de ahí que sea conocido como Sakyamuns, «El sabio del clan sakya». Jorge Bucay, reconocido psicoterapeuta, escribe en Cuentos para pensar que «A veces me parece que lo que hace que Dios sea omnipotente no es el poder, sino la paciencia infinita que da la inmortalidad. Nosotros, los humanos, en cambio, nos enfrentamos con ese grado de urgencia a la que nos obliga la forzosa conciencia de la finitud». La paciencia es un rasgo de personalidad prudente. La prudencia es la virtud de actuar de forma justa, adecuada y con maduración. Ray A. Davis:»La paciencia no es la espera pasiva. Es la aceptación activa del proceso necesario para obtener tus metas y sueños». Dr. Efraín Regalado Sanchez