La medicina, ciencia anti-natural. Dr. Guillermo A. Gutiérrez Calleros

 

 La medicina, ciencia anti-natural. 

Reflexiones acerca de ciencia, tecnología, ética. 

¿Quién anda ahí? 

Estudio publicado por el grupo de Jacob H. Hanna, del Instituto Weizmann, Israel. (Cell. Post- Gastrulation Synthetic Embryos Generated Ex Utero from Mouse Naïve ESCs; prepublicación 28 julio 2022) 

Estudio en ratones, cuyo periodo gestacional es de 20 días. Sin esperma y sin oocito, manipulan células troncales y forman una estructura muy similar al embrión, un “embrioide”, en el cual se desarrollan diferentes tipos de células y estructuras, viviendo hasta 11 días de “gestación” en un frasco de laboratorio. 

A los 8 días, los embrioides parecen similares a un embrión natural de 8,5 días, observándose su corazón latiendo, extremos cefálico y caudal, estructuras de base para la formación de cerebro, médula espinal, músculos. Midieron actividad de genes en más de 40,000 de esas células y determinan que las células están en su posición adecuada. 

En el laboratorio producen muchos embrioides y por lo menos 1% de ellos se desarrollan hasta el día 8; por razones desconocidas ahíse detiene ese progreso. Aunque solo un pequeñísimo porcentaje de embrioides se desarrollan, pueden preparar millones de ellos al mismo tiempo para su estudio. 

Están ya desarrollando algo similar con células troncales humanas. No hay límites a la imaginación de lo que se pueda descubrir en el secreto de la embriogénesis, con aplicaciones que lleven a la prevención y al tratamiento de enfermedades y condiciones diversas, en animales y en humanos. 

Es importante reflexionar acerca de las implicaciones de procesos científicos tal como este. 

Algunas personas están en contra de todos ellos ya que los consideran anti-naturales, argumentando que se están manipulando los diseños y procesos de la creación, que estamos jugando con fuego. 

Desde mi punto de vista (esto lo he dicho en algunas pláticas y he recibido muchos comentarios adversos al decirlo) debemos reflexionar acerca de que la medicina, la práctica de la medicina, es la más antinatural de las ciencias. Todo lo que hacemos va en contra de los “diseños naturales de la creación”. 

Todo tipo de procesos: infecciones, malformaciones, prematuridad, diabetes, hipertensión, artritis, cáncer, en fin todas la enfermedades, son procesos naturales y hemos aprendido a utilizar varios tratamientos con antibióticos, cirugías, antineoplásicos; anestesia, cirugía, implantes de diversos órganos; hemos desarrollado insulina, surfactante, antivirales, etc. Al utilizarlos vamos en contra del diseño inicial y global de Madre Natura. Los pacientes no solo sobreviven sino que mejoran, pudiendo llevar una vida cercana a su normal, por largo tiempo. 2 

Todos esos avances son el resultado de ideas, hipótesis, planes, investigación y experimentación en todo tipo de criaturas, vegetales, animales y humanos. 

En 1559 el rey francés Enrique II, sufrióuna herida en un ojo (cabalgando en una justa o competencia, en el que la lanza de su contrincante se rompióen su hombro y astillas de madera se incrustaron en su ojo). Estaba bajo los cuidados de dos médicos históricos (Ambroise Paréy Andreas Vesalius). 

Tratando de encontrar el mejor tratamiento para la difícil y peligrosa lesión del rey, varios prisioneros, criminales encerrados en las mazmorras, fueron utilizados por los médicos quienes les causaron la misma lesión, con astillas de madera en la misma área del ojo y sus observaciones las aplicaron al caso del rey, quien falleció11 días después – absceso intra-craneano. 

Curiosamente Nostradamus había profetizado la situación pero el rey no hizo caso, a pesar de que la fama de Nostradamus estaba ya bien establecida. 

En 1686, el rey francés Louis XIV desarrollóun absceso perianal y eventualmente una fistula que lo atormentópor varios meses. Los médicos experimentaron en prisioneros y en pacientes del hospital de Versalles, en completo secreto, causándoles lesiones similares a la del rey y utilizando en ellos varias modalidades de tratamiento; después de varios meses encontraron la mejor técnica. 

No se sabe en cuántas personas se experimentaron los diversos tratamientos pero hay evidencia histórica de que en esos meses hubo muchos entierros en el medio de la noche y sin sonar campanas (un ritual que era habitual) quizás para evitar que la población se percatara. 

Estos eventos son los que he leído, pero imagino que hay cientos, sino miles de casos de otros “experimentos” en seres humanos a través de la historia. 

La píldora anticonceptiva fue utilizada en miles de mujeres en América latina durante meses; su uso siendo manipulado, empujado, política, económica y socialmente por USA en los diversos países, antes de ser aprobada para su uso en USA. Miles de mujeres fueron los conejillos de indias. 

Cientos de habitantes de Guatemala y prisioneros negros en USA fueron infectados a propósito con sífilis para observar la evolución natural de la enfermedad y utilizar diferentes tratamientos. 

Recientemente, recordemos a la borreguita Dolly y la clonación; y la manipulación de embarazos en animales, exponiéndolos a diferentes sustancias químicas para observar sus efectos. 

Durante mi Fellowship en Ottawa yo participédurante 4 meses en varias preparaciones de ovejas en las que, bajo anestesia general, colocábamos varios instrumentos de medición de flujo vascular y presión en los grandes vasos de una de las ovejitas en útero (tienen dos cavidades uterinas y frecuentemente cargan dos ovejitas); dos días después teníamos la preparación lista para investigar lo que buscábamos, con la madre recuperada y varios cables saliendo de su abdomen conectados a la ovejita en utero y asípoder obtener mediciones precisas al aplicar diferentes medicamentos. 3 

Estudios similares en varias partes del planeta dieron como resultado el uso preciso de medicamentos para manipular el conducto arterioso en prematuros y en algunas enfermedades cardiovasculares congénitas; ahora son terapias cotidianas en todo el mundo. 

Nuestro hijo Alejandro, oncólogo-pedíatra, manipula pescaditos cebra y ha encontrado diversos procesos que le ayudan a evaluar, tratar y, ojalá, prevenir, procesos leucémicos. 

Muchos tipos de implantes de articulaciones han sido experimentados en animales; las técnicas quirúrgicas, los trasplantes de órganos practicados en animales; la fertilización en vivo y el implante de embriones; recién compartínotas acerca de que neuronas fotorreceptoras de la retina de ratón y de humano son capaces de ser estimuladas y transmitir información eléctrica aún seis horas después de la muerte de los sujetos. 

Ayer enviélas notas acerca de que células, tejidos, órganos de cerdos pueden ser revividos hasta una hora después de la muerte, utilizando líquido que les transporta compuestos artificiales similar a la hemoglobina. Sobreviven y funcionan el cerebro, hígado, riñones. 

Debemos re-evaluar nuestro concepto de muerte celular, muerte orgánica, muerte del individuo; incluyendo lo que llamamos muerte cerebral. 

No podemos dejar de mencionar los avances en los últimos años con el desarrollo de “organoides” en laboratorio y que ya se utilizan y estudian en animales; la manipulación genética de plantas, bacterias, peces y otros animales para obtener medicamentos, para mejorar la producción agrícola, para hacerlos resistentes a plagas; para producir insulina y muchos medicamentos utilizados en práctica diaria. 

Todos esos procesos, de investigación y de tratamiento, son realmente anti-natura. 

Muchas personas son críticos severos de este tipo de experimentos, sin reflexionar en que los hallazgos derivados de esos estudios les han dado la oportunidad de controlar la infección, de recibir un trasplante de corazón, hígado, riñón, cornea; de poder caminar después de un implante de rodilla; de poder sobrevivir, ellos o sus familiares, un poco más tiempo, y con mejores expectativas. Siendo capaces no solo de sobrevivir, sino de realmente vivir sus vidas. 

Y quienes protestan por la experimentación en animales, cuando alguna desgracia llega a sus vidas, preguntan por y exigen que se utilicen los tratamientos y las técnicas más modernas. 

No hay “más moderno” si no hay experimentación. El conocimiento nos trae nueva tecnología y su aplicación a la vida diaria. ¿Cuál es el límite? 

¿Quién tiene la autoridad moral para establecer condiciones, de delimitar entre necesidad científica y protección a los animales? 

¿Debemos proteger la carga genética de plantas y bacterias y no permitirle a los científicos que la manipulen y alteren en busca de logros beneficiosos para la humanidad? 4 

¿En dónde termina la necesidad de estudiar, experimentar y de obtener conocimiento y desarrollar nuevas tecnologías para el bienestar de la población? 

¿En dónde inicia el respeto a los procesos naturales, cara a cara a dichas necesidades? 

Los estudios mencionados (excepto lo referente a sífilis, píldora anticonceptiva, y otros similares) son revisados y pueden ser bloqueados o autorizados por varios comités en sus diferentes instituciones; y siempre la discusión más importante es relacionada con la ética, el proceso que analiza los datos presentados y que nos guía a la mejor elección posible, evaluando los derechos del organismo por investigar, analizando el conocimiento actual, las condiciones del presente y las necesidades del futuro. 

Y aun cuando se haya escogido el camino que creemos es el apropiado, nos debemos preguntar y volver a examinar el concepto bajo consideración, a la luz de la expresión en arameo ipcha mistraba, el volver a explorar el tópico, el pensar en un punto de vista opuesto, el presentar argumentos en contra, y asíre-evaluar nuestra posición, ya que el conocimiento y la tecnología desarrollada avanzan a un ritmo más veloz que nuestros conceptos filosóficos y éticos. 

Como parte de mi ipcha mistraba les incluyo una diapositiva que hice en 2010 y he utilizado en algunas pláticas, en relación a este tópico: la manipulación humana de los procesos de la Madre Naturaleza en aras del conocimiento científico. 

Dr. Guillermo A. Gutiérrez Calleros Hijo de Rafael y Julia Phoenix AZ 5 agosto 2022 

Revisión 14 enero 2024