El Profeta, Khalil Gibrán, Dr. Efraín Regalado Sánchez
Khalil Gibrán, 1883-1931, nació en Bisharri (Líbano), poeta, pintor, novelista y ensayista. La república de El Líbano es un pequeño país árabe, bañado por el Mar Mediterraneo. Muchos de sus habitantes son de religión musulmana, aunque hay un alto porcentaje de cristianos maronitas, a los que pertenecía Khalil Gibran, un profundo pensador. Durante su estancia en su país natal, destacó su habilidad para el dibujo y nace en él la idea de escribir un libro, «El profeta», 1923, que con el tiempo sería su obra cumbre, compuesta de 26 ensayos poéticos, y ha sido traducida a más de 115 idiomas. El profeta Almustafá, el elegido, el buen amado, aurora de su propio día, había esperado durante 12 años en la ciudad de Orfelis el regreso del barco que debía devolverlo a la isla que lo vio nacer.Cuando bajaba de la colina una honda tristeza se apoderó de él y pensó en su corazón: ¿Cómo podré marcharme en paz y sin pesar?. Antes de partir, la gente de la isla le pide que comparta con ellos su conocimiento y sabiduría y le piden consejos como el amor, el trabajo o la muerte, entre otros. Una mujer que sostenía un niño contra su seno pidió: Háblanos de los niños. Y dijo: «Vuestros hijos no son vuestros. Son los hijos y las hijas de la Vida, deseosa de sí misma. Vienen a través vuestro., pero no vienen de vosotros. Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen, Podéis darle vuestro amor, pero no vuestros pensamientos. Porque ellos tienen sus propios pensamientos. Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas. Porque sus almas habitan en la casa del mañana que vosotros no podáis visitar, ni siquiera en sueños. Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no busquéis el hacerlos como vosotros. Porque la vida no retrocede ni se entretiene con el ayer. Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia adelante. El arquero ve el blanco en la senda del infinito y os doblega con su poder para que su flecha vaya veloz y lejana. Dejad, alegremente, que la mano del arquero os doblegue. Porque así como él ama la flecha que vuela, ama también el arco, que es estable.» Khalil Gibran ha dejado un legado innegable que lo sitúa en los escalones superiores de la literatura universal. En cada capítulo, El Profeta comparte su sabiduría y ofrece perspectivas nuevas y profundas sobre cada aspecto de la vida.Por ejemplo nos enseña que el Amor no debe ser posesivo ni restrictivo, sino que debe permitir a cada individuo crecer y ser libre. El profeta es una obra maestra que nos invita a reflexionar sobre la vida y cuestionar nuestras creencias y acciones. Nos enseña la importancia de la libertad y el respeto hacia los demás, así como buscar nuestro propio camino y seguir nuestros sueños. Antes había publicado El loco (1918) y posteriormente El precursor. Una de sus frases más destacables está tomada de Arena y Espuma, 1926: «La mitad de lo que digo no tiene sentido, pero lo digo para que la otra mitad pueda alcanzarlos.» Muere en 1931 en Nueva York a los 48 años, de tuberculosis y cirrosis hepática; su cuerpo fue llevado al Líbano, donde se construyó un museo en su memoria.