El poema «Valgo»Dr. Efraín Regalado Sánchez.

El poema «Valgo» es atribuido erróneamente a Jorge Luis Borges (1899-1986), poeta argentino.- Sus admiradores niegan categóricamente la autoría del poema, pues afirman que es demasiado cursi, ajeno a su poesía, aunado a que en el texto se menciona a Dios, y Borges era agnóstico. Se le ha atribuido, también, la autoría a Harold, García Márquez, Amado Nervo. La declaración de María Kodamama, viuda de Borges, afirmó que le llevó 8 años descubrir que Nadine Stair, poeta estadounidense, era la verdadera autora, denominada «Instantes». También se le denominó «Momentos». Su letra es: «De tanto perder aprendí a ganar; de tanto llorar se me dibujó la sonrisa que tengo. Conozco tanto el piso, que solo miro el cielo. Toqué tantas veces el fondo, que cada vez que bajo, ya sé que mañana subiré. Me asombro tanto cómo es el ser humano, que aprendí a ser yo mismo. Tuve que sentir la soledad para poder estar conmigo mismo y saber que soy buena compañía. Intenté ayudar tantas veces a los demás, que aprendí a que me pidieran ayuda. Traté siempre que todo fuese perfecto y comprendí que realmente, todo es tan imperfecto como debe ser (incluyendome). Hago solo lo que debo, de la mejor forma que puedo y los demás que hagan lo que quieran. Ví tantos perros correr sin sentido, que aprendí a ser tortuga y apreciar el recorrido. Aprendí que en esta vida nada es seguro, solo la muerte, por eso disfruto el momento y lo que tengo. Aprendí que nadie me pertenece, y aprendí que estarán conmigo el tiempo que quieran y deben estar, y quien realmente está interesado en mí, me lo hará saber a cada momento y contra lo que sea. Que la verdadera amistad sí existe, pero no es fácil encontrarla. Que quien te ama te lo demostrará siempre sin necesidad de que se lo pidas. Que ser fiel no es una obligación, sino un verdadero placer cuando el amor es el dueño de tí. Eso es vivir. La vida es bella con su ir y venir, con sus sabores y sinsabores. Aprendí a disfrutar cada detalle. aprendí de los errores, pero no vivo pensando en ellos, que siempre suelen ser un recuerdo amargo que te impide seguir adelante, pues, hay errores irremediables. Las heridas fuertes nunca se borran de tu corazón, pero siempre hay alguien dispuesto a sanarlas con ayuda de Dios. Camina de la mano de Dios. todo mejora siempre. Y no te esfuerces demasiado porque las mejores cosas de la vida suceden cuando menos te las esperas. No las busques, ellas te buscan. Lo mejor está por venir.» El poema en mención, nos revela que nuestro valor no se mide por los éxitos, fracasos o situaciones difíciles que enfrentamos, sino por la esencia de quienes somos; ofrece una poderosa reflexión sobre el valor personal y la resiliencia. Albert Enstein: «En lugar de ser un hombre (o mujer) exitoso (a), busca ser un hombre (o mujer) valioso (a), lo demás llegará naturalmente».  Dr. Efraín Regalado Sánchez.