ANALOGÍAS, María del Carmen Maqueo Garza

ANALOGÍAS

María del Carmen Maqueo Garza

Concluimos la semana con una lamentable noticia: La muerte del escritor mexicano José Agustín.  El último representante de la llamada “Literatura de la Onda”, movimiento surgido a mediados del siglo pasado.  Al igual que corrientes de otro tiempo y lugar, la Onda constituyó una expresión de  rebeldía y  desencanto de jóvenes artistas mexicanos frente a fenómenos sociales con los que no estaban de acuerdo.  Surgió como en su momento lo hizo la Generación del 27 en España o la Vanguardia mexicana, como una forma de plantarse y demandar un cambio.

Conocí a José Agustín en persona, en alguna ocasión que CONACULTA lo envió a esta frontera coahuilense a presentar su obra.   El evento se llevó a cabo en la Casa de la Cultura y de ahí parte del grupo de asistentes lo invitó a seguir la convivencia.  Se movilizaron a unas cuantas cuadras de ahí, al local de una librería que teníamos mi esposo y yo.  A diferencia de algunos otros personajes que visitaron la ciudad, José Agustín se integró al grupo y casi amanecieron en aquella bohemia “setentera” muy sabrosa, a principios de los años noventa.   Me quedé con un grato recuerdo de su persona; lamenté el accidente sufrido durante una firma de libros en la ciudad de Puebla en el 2009, y ahora siento que hemos perdido, más allá de un magnífico escritor, a un gran ser humano.

Intitulo la presente colaboración como “Analogías” para confesar  que tengo el mal hábito de andar buscando coincidencias en el tiempo entre dos situaciones distintas.   En los días que lloramos a José Agustín se confirma la participación de “Peso Pluma” en el Festival de Viña del Mar, Chile, a realizarse en febrero y marzo del presente año.    Es cierto: vivimos en un país democrático, que permite la libre expresión de nuestras ideas y sentimientos.  PP, como él mismo se hace llamar, es un joven jalisciense de 24 años que ha brincado a la fama por sus corridos tumbados, amén de otros ritmos como el reggaetón, rap y trap. De estos dos últimos ritmos sé muy poco o tal vez nada, y  simplemente los he copiado de alguna biografía del cantautor.  Lo que sí puedo afirmar es que revisé varios de sus videos tratando de entender el mensaje que lo ha vuelto tan famoso.  Me hallo con uno inicial, que aparentemente lo lanzó a la fama intitulado “El Belicón”.  Luego vienen varios más, parte de ellos del mismo corte, haciendo franca apología del crimen organizado.  Se menciona en sus datos personales que “Siempre pendientes” fue escrito por encargo del jefe de un cartel mexicano.  Y si no fuera ese el caso, la letra de la canción rinde pleitesía a dicha actividad ilícita que ha puesto en jaque la seguridad del país.

Entre los organizadores del Festival Viña del Mar se debatió por un tiempo si se le invitaba o no.  Finalmente, al menos hasta ahora, se optó por la afirmativa.  El personaje va a asistir y con su participación lleva un mensaje de México para el mundo.  Por desgracia, me parece, no es el mejor de los mensajes.

Regresando a la Literatura: Los exponentes de la Generación del ’27 en España respondían a los daños que habría de traer la Guerra Civil Española.  Era una protesta airada, no por nada García Lorca y Miguel Hernández terminaron en la cárcel.  La Vanguardia Mexicana hizo lo propio; con un sello auténtico, creativo y quizá hasta irreverente, como fue el caso de Ibargüengoitia.  El grupo de escritores se congregaba para expresar su disenso con relación a movimientos políticos de reacomodo al término de la Revolución Mexicana.  En ambos casos existía una intención política que los justificaba.

Con relación a  PP detecto  antivalores que se lanzan como por aspersión sobre los cerebros de nuestros niños y jóvenes.  Comunican una clara admiración por el crimen organizado; exaltan la significación del dinero, la belleza física y la  sensualidad como elementos fundamentales para determinar la valía de una persona.  Expresan el peso de las apariencias, más allá de la esencia del ser humano.

Ahora que vamos entendiendo los alcances de la Inteligencia Artificial (IA) es buen momento para revisar muchas actividades que emprendemos como sociedad.  Difícilmente alcanzamos a aquilatar la influencia que llegan a tener los contenidos que se difunden mediante medios electrónicos como  pantallas o auriculares, sobre todo en menores de edad.  Buena parte de esos contenidos cargados de antivalores permean hasta alcanzar la conciencia de niños y jóvenes; abonan al fenómeno de “normalización” de actividades ajenas al bienestar colectivo.  En ese universo de contenidos se va asumiendo que ciertas actitudes y determinadas actividades son aceptables, a partir del principio de que “todo el mundo lo hace”.

Descanse en paz el escritor José Agustín. A leerlo y difundirlo: su obra ensalza a México.

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