No me llores, no, porque si me lloras, yo muero. En cambio si tú me cantas, yo vivo y nunca muero
Andrés Henestrosa Morales nació el 30 de noviembre de 1906, en San Francisco Ixhuatlán, Oaxaca. Poeta, narrador, ensayista, orador, escritor, político (diputado y senador), bibliófilo, historiador y periodista. Una de sus grandes contribuciones fue la fonetización del idioma zapoteco y su transcripción al alfabeto latino (abecedario). Inició su educación básica en Oaxaca. Hasta los 15 años sólo habló su lengua materna, el zapoteco. Se trasladó a la CdMx, donde estudió un año en la Escuela Normal de Maestros, donde dominó el español. De ahí pasó a la Escuela Nacional Preparatoria y luego a la Escuela Nacional de Jurisprudencia, sin lograr graduarse; al mismo tiempo estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. En 1927 comenzó a escribir por sugerencia de su profesor Antonio Caso, quien lo animó a poner sobre el papel leyendas y fábulas de su tierra zapoteca, en su libro «Los hombres que dispersaron la danza». Durante el viaje que realizó en 1937 a Nueva Orleans, escribió una de sus obras más famosas, «Retrato de mi madre». En 1936 frecuenta a Renato Leduc y Juan de la Cabada, con quien comparte la vida bohemia y trasnochada. Trata familiarmente a Frida y Diego, a Rosa y Miguel Cobarrubias, a quienes acompaña en sus viajes al Istmo de Tehuantepec, «donde las mujeres visten almidonadas enaguas que revolotean al compás de la música de La Sandunga o La Llorona y bailan cadenciosamente con gracia y donaire elevandolas y luciendo sus más caras joyas». En 1940 se casó con Alfa Ríos en Juchitán. La ceremonia fue objeto de fantásticas crónicas como la de Agustín Yáñez, descrita en «Espejismos de Juchitán». La Llorona fue compuesta en 1941 por Andrés Henestrosa. Está inspirada en una tragedia de amor en Oaxaca: Un muchacho de Tehuantepec fue a una fiesta en Juchitán y ahí conoció a una chica que salía de la iglesia vistiendo un traje regional istmeño, llamado huipil («Hermoso huipil llevabas, llorona»). El jovén conquistó a la chica istmeña y finalmente fijaron fecha para la boda; pero la revolución mexicana llegó a Oaxaca y el joven fue reclutado para ir a luchar, por lo que su amada lloró a cantaros cuando su novio partió a una guerra de la cual no regresaría. Antes de fallecer, el joven le pidió a uno de sus compañeros entregar una carta de amor. En la carta estaba la letra de «La Llorona». Lo que no se sabe es cómo llegó a manos de Andrés Henestrosa, quien le hizo los arreglos para convertirla en el himno para los mexicanos. Andrés Henestrosa falleció el 10 de enero de 2008, a los 101 años. Andrés Henestrosa: «No me llores, no, porque si me lloras, yo muero. En cambio si tú me cantas, yo vivo y nunca muero». Dr. Efraín Regalado Sánchez.