INFANCIAS ROTAS, María del Carmen Maqueo Garza

INFANCIAS ROTAS

María del Carmen Maqueo Garza

Las imágenes son impresionantes: Niños entre 6 y 12 años durante un entrenamiento militar.  Cada uno de ellos, con el rostro cubierto, porta al hombro un arma larga; los más pequeños utilizan una rama de las dimensiones del arma que cargarán más delante, cuando sean un poco mayores.  De tiempo atrás circulan estas imágenes en redes sociales; mucho se conjeturó si eran falsas, como otra información que se detecta en la red.  A la fecha diversos medios noticiosos internacionales confirman la veracidad, es algo real, que está sucediendo en tierras guerrerenses, en donde la opción de autodefensa recae hoy en día en grupos de menores de edad.

La literatura nos acompaña, nos asombra y nos consuela.  Viene a mi mente Brandon Gaitán Pavón, mejor conocido como “Pollito”, personaje central de un cuento del nicaragüense Sergio Ramírez intitulado “El mercado viejo”, publicado en  2019:  Un idealista jovencito de secundaria, que amaba comer pollo rostizado y jugar deportes; siempre dispuesto a luchar por la justicia.  A pesar de las recomendaciones de su madre (voz narradora), una tarde se atrinchera en una barricada a las afueras del mercado viejo, hasta donde llegan las fuerzas del régimen en el poder.  Sus compañeros logran correr a refugiarse en el mercado.  Él no lo consigue.  “Mataron a Pollito” es una frase que parte en dos y para siempre la vida de su madre.

Los testimonios de los niños guerrerenses son  contundentes; para ellos es una obligación defender sus tierras y a su gente.  A pregunta expresa alguno se preocupa de llegar a dañar a terceros.  Pareciera que su propia salvaguarda es asunto de entrada cancelado, y que no importa lo que le pueda ocurrir en el cumplimiento del deber que la realidad actual le impone.

En total contraste con lo anterior está el caso de Bella, una niña rusa que se dio a conocer tiempo atrás, a sus cuatro años, por el  hecho insólito  de hablar siete lenguas.  El último video publicado en  YouTube, captura su participación en un evento de la ONU; en este ya tiene  diez años y  habla nueve  idiomas.  Quiero suponer que para el  2024 ya dominará la decena.  Desde el primer video, cuando tenía cuatro años, la niña luce feliz de hacer lo que hace y de probar en público el dominio de diversos idiomas con total desparpajo, como si de un juego se tratara.

Los  problemas en el rubro de la seguridad pública no  se circunscriben al papel, a  meras estadísticas que se contabilizan de tiempo en tiempo o se lanzan a un cajón.  Cada incidente involucra seres humanos, en este caso la vida de niños deseosos de asistir a la escuela, jugar y divertirse.  Disfrutar su infancia como un período en el cual tienen derecho a probar y a equivocarse, como una gran mayoría de sus contemporáneos puede hacerlo a lo largo y ancho del planeta.  No queremos más “Pollitos” que sientan cual propia la responsabilidad de defensa de su pueblo, cuando en esencia no lo es.

Si algo ha salvado a la humanidad a lo largo del tiempo es su plasticidad neuronal.  Esto es: el individuo ha de aprender a desarrollar habilidades y estrategias que le permitan ir sorteando obstáculos en el camino.  Como en sus tiempos tuvo que hacer el Homo Erectus para aprovisionarse de lo más indispensable y sobrevivir, así el hombre moderno ha de trabajar en el diseño de herramientas para hacer las cosas de mejor modo, con miras  a lograr sus objetivos.  Desde esta perspectiva, entonces, el surgimiento de las autodefensas en distintas regiones del país, asoladas por el crimen organizado, representa una forma extrema de salvaguarda.  Se organiza una defensa armada integrada por adultos; cuando escasean los varones mayores, se recurre a niños y niñas para constituir estos núcleos de resistencia civil frente a grupos criminales.

Nunca me cansaré de insistir en el valor que tiene la literatura en la formación de ciudadanos: Conocer otras realidades nos sensibiliza.  Ya sea mediante la lectura de crónicas que nos van narrando los hechos como ocurrieron, o mediante ficción que nos hace llegar la percepción de un autor respecto a una realidad envuelta en ropajes, que la vuelven atractiva a los ojos del lector.  Cada libro representa una forma de ver la vida más allá de nuestras propias circunstancias. Permite entrar a mundos que de otra forma  resultarían ajenos.  Leer es tener la apertura de romper nuestro propio cascarón hasta ir a rozar otras realidades, y a partir de ese ejercicio sembrar y ver crecer el germen de la empatía, que tanta falta hace hoy en día.

Uno de los males del tercer milenio es el aislamiento.  Actuar desde el supuesto de que solamente lo propio es lo que cuenta, es perderse grandes oportunidades por el camino.

Pollitos o  Bellas: ¿Qué niños esperamos formar  para nuestro México?…

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