EDUCACIÓN Y RESPETO, María del Carmen Maqueo Garza

EDUCACIÓN Y RESPETO

María del Carmen Maqueo Garza

 En fechas recientes tuve la oportunidad de participar en una sesión  con el comunicador Andreu García Molina.  Habló sobre la vida y obra de María Montessori.   Tomé mis apuntes digitales, para resguardar los elementos clave de la presentación, para después  repasarla ya con más tranquilidad.  Hallé cosas muy interesantes que hoy quiero compartir.  Es buen momento para repasar los principios de este método de enseñanza para niños y jóvenes.

Estamos viviendo unos tiempos en que el rubro “educación” sufre constricciones y moldeamientos que  distancian al estudiante de la posibilidad de emprender su propio proceso educativo, desde la libertad.  A ratos pareciera que las cabezas de los estudiantes son embudos a través de los cuales el sistema se propone inyectar contenidos prefabricados, como quien llena un saco de granos.  El maestro se concreta a volcar en el entendimiento del alumno una serie de fórmulas, datos históricos y procesos matemáticos apelando a la memorización.  Ello no permite al ser humano que mora dentro de cada estudiante generar su propio proceso de pensamiento.  Lo enseñamos a manejarse según  lo establecido por mero protocolo, sin darle la libertad para diseñar o elegir su propio camino.

Mi hijo nació con una particular inteligencia lógico-matemática que le facilita dichas materias desde muy pequeño.   De niño le enseñaban en el aula un modo de resolver un problema, pero él aplicaba otro camino para llegar al mismo resultado.  Nunca hubo dificultades  hasta que entró a preparatoria, nivel en el que el maestro de álgebra casi lo reprueba en un examen por no haberse apegado al método que él les enseñó para resolver los problemas.  En su terrible decepción porque su libertad había sido coartada, entendí que los métodos tradicionales maniatan el modo de pensamiento del joven para someterlo a la borregada.

En esta ocasión, repasando vida y obra de María Montessori me quedó muy claro que su metodología reconoce la individualidad del alumno y le faculta para actuar con libertad.  Ello no implica que el chico haga lo que quiera en clase, pero sí le permite hacer uso de opciones que vuelvan atractivo y divertido el proceso de aprendizaje, para llegar finalmente al mismo destino.

Es notable descubrir que María Montessori emprendió grandes cambios en el proceso educativo hace poco más de un siglo, cuando la mujer estaba sujeta a normas sociales muy conservadoras.  Ella probó en los campos de la ingeniería y la medicina antes de descubrir que su pasión estaba en las áreas educativas, las cuales revolucionó.  Además, se apoyó con métodos antropológicos y psicológicos, que le otorgaron una panorámica más amplia de la situación.  Aplicando el método científico comenzó a observar a niños de casas hogar, con diversos grados de retardo mental, los que detentaban un comportamiento marginal.  Su proceso de seguimiento de ese grupo de niños fue de larga duración, lo que le permitió plantear hipótesis e ir ensayando métodos, hasta que diseñó uno que le facilitó llevar la conducta de esos niños silvestres a emparejarse con los estándares que exigía la sociedad de principios del siglo veinte.

A partir de esa experiencia inicial, comenzó el diseño de un método para la educación estandarizada de niños libres de problemas de marginalidad, obteniendo resultados extraordinarios.  En 1907 implantó exitosamente el primer centro de educación para niños. A partir de ese momento su método fue solicitado por los sistemas educativos de diversos países.  Durante la Primera Guerra Mundial se desplazó a la Unión Americana, en donde fundó centros escolares  al lado de Alexander Graham Bell y Margaret Wilson. Y así como fueron de exitosos, más delante decayeron, por cuestiones meramente políticas.  En los Estados Unidos se debió a la aparición de un libro de un educador de apellido  Kilpatrick, que desacreditaba los principios del método. Algo similar ocurrió con el auge y caída en la Italia de Mussolini y la Alemania Nazi. En 1936 el advenimiento de la Guerra Civil Española  llevó a la educadora a la India, en donde estableció importantes vínculos con la Sociedad Teosófica.  En 1946 regresó a Europa, específicamente a Países Bajos, en donde falleció en 1952.

A diferencia de los métodos tradicionales, el  Montessori provee al chico de la libertad para elegir cómo aprender, partiendo del principio de que la libertad de elección fomenta la concentración.  Permite al chico escoger, siempre y cuando se haga responsable de las consecuencias de sus propios actos, desarrollando así la conciencia social y  respeto por los demás y por el planeta.

“El niño es el padre del hombre”: Frase de María Montessori que simboliza la profundidad del concepto educación.  Buen momento para revisar cómo andamos.

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